domingo, agosto 31, 2008

lonely afternoon

A veces me pregunto
qué pasaría conmigo
si dejara de escribir.

miércoles, agosto 27, 2008

alegría

Llegando de Cirque du Soleil.
Estuvo increíble.

A Mati le regalaron entradas, así que estuvimos en todos los lugares vip y al lado del escenario. Fue lindísimo. Sobre todo porque durante dos horas y media me olvidé de todo, de los designios divinos que no entiendo y seguramente nunca entenderé, de las cosas pendientes para la revista, de la poca plata que me queda siempre a fin de mes, y sólo tuve ojos para las luces y los trajes, y oídos para la música, y todos los sentidos puestos en el escenario donde el tiempo voló y la gente también.

Ahora, después de la magia, vuelvo a la realidad con un poquito más de esperanza. Y rezo para que esa personita que tanto quiero no siga con esa pena tan grande. Para que se le sanen las heridas del corazón. Para que deje de sentirse sola.

Mati se acaba de ir.
Escucho a Francesca Ancarola mientras le hago cariño a mi gato.
Me voy a acostar ahora.

lunes, agosto 18, 2008

all that you are

En mi casa.
Con la guata un poco apretada y segura de que viene algo grande.

Hoy, en la micro camino al diario y mientras pensaba en Mati, me acordé de las conversaciones con la Siri. Es que uno puede amar a cualquier persona, sólo basta con ser capaz de descubrirla, porque al final porque cada uno es un mundo en sí mismo. Nadie es tan bueno, ni tan malo, ni tan lindo, ni tan feo. Algunos tenemos un poco más de miedo, es cierto, venimos un poco más heridos porque quizá hemos vivido menos pero lo hemos sentido tan profundamente, y algunos, en cambio, tienen esa virtud, esa capacidad de sanar. De amar sin medida, hasta que se pase todo, hasta desbordarse de amor.

Mati es distinto a todo lo que yo siempre pensé que quería. Es ingeniero, piscis, cuadradito, planificador hasta el último detalle. También es tierno, dulce, alegre, mateo, inteligente, y con una paciencia infinita. Mati me da mi espacio, aunque a veces no lo entienda. Deja que me vaya lejos, y me está esperando cuando vuelvo. Me abraza cuando lloro. Cuando me duermo a su lado. Cuando ando mañosa y no quiero nada y me enojo a la primera palabra. Mati hace que me sienta segura. Querida. Amada.

Antes, yo pensaba que la felicidad venía de la mano con el cielo y el infierno.
Por eso agradezco a Dios por cada paso con que he construido mi camino, por cada historia.
Hoy sé que la felicidad sólo se encuentra cuando se vive en paz.

lunes, agosto 11, 2008

chocolate con almendras

Acabo de llegar del cine con la guata revuelta y el corazón en la mano.
Vimos 4 meses, 3 semanas y 2 días.

Yo casi nunca lloro con las películas. Claro, lloré con Mi vida sin mí y con la última media hora de El gran pez, pero no es lo común. Tampoco lloré hoy. De hecho, hoy la angustia fue tanta que llorar no hubiera servido de nada. Es la mejor película que he visto en mucho tiempo.

Tengo tantas cosas que escribir y no sé cómo. Quiero decir que este fin de semana con Mati fue bacán, sobre todo ayer que fuimos a pasear al centro y tomamos té de un capullo que se convertía en flor con el agua, que me encanta Santiago justo antes de que llueva, que aunque a veces creo que el miedo - a la vida, al dolor, a todo - me va a ganar, al final siempre termino mirando de frente con los ojos bien abiertos, hasta el infinito.

Quiero decir que puedo rayar mi pared entera y nunca voy a lograr decirlo todo, que me encanta estar sola pero de repente necesito un abrazo para poder dormir bien, que a pesar de que he amado con todo mi corazón muchas veces, nadie me había enseñado tanto de amor como Matías.

Quiero decir que siento que estoy empezando a encontrarme y a encontrar mi camino. Que quizá me demore, y me cueste, y me asuste, y que seguramente voy a necesitar algo más que las flores de Bach que me regaló el universo. Pero sé que de alguna forma, aunque sea de a pasitos cortos y con muchos descansos intermedios, voy a llegar.

Mi gato se pasa mirando fijo a un punto vacío.
Seguro ve mucho más allá que yo.

lunes, agosto 04, 2008

el momento es

La semana pasada tuve dos viajes.
Buenos Aires y Arica.

Hoy, en Santiago otra vez, en la misma silla frente al mismo computador, sólo puedo decir que fueron días que me sirvieron para recordar quién soy yo de verdad. Y es que yo no pertenezco a la sociedad del glamour ni a los zapatos de taco. Yo no sirvo para decir las palabras precisas en el momento perfecto, ni para saber qué ropa se debe usar en qué ocasión importante, rodeada de personas importantes, en lugares importantes.

Por eso hoy elijo el colchón en el suelo antes que la cama alta de sábanas tan blancas. Elijo las ventanas abiertas en vez de las cortinas de terciopelo. Elijo la cara con tierra sin maquillaje, y los pies descalzos en el pasto, y la ropa usada que venden en la feria.

Hoy, conscientemente, elijo la libertad.
Que Dios y las Diosas me acompañen y me muestren el camino.
Tengo la certeza de que lo sabré seguir.