sábado, noviembre 25, 2006

limón y sal

Hoy tuve un buen día.
Mi novio me regaló una radio.

A las once y media de la mañana tuve clases, corrección de taller que otra vez fue tan tan malo que el profesor dijo que mejor rehiciéramos la trabajos. Si no, todos nos vamos a echar el ramo. Filo. Cuando se acabó partí a San Gregorio a buscar a mis niños y fuimos a tomar helados al Plaza Vespucio. Corrí de vuelta a mi casa a cambiarme, entrevisté a Nico Quesille y trabajé hasta hace una hora.

Se me había olvidado que, en el fondo, me encanta hacer cosas.
Me encanta ser.
Amo a Franco.

miércoles, noviembre 22, 2006

hips don't lie

Desmotivada.
A diez minutos de salir camino al Estadio Nacional.

Tengo ganas de no venir más clases ni a trabajar en mi tienda nueva, porque aunque la gente me encanta parece que el sistema no. Quiero quedarme en cama varios días. No quiero despertadores, ni trabajos finales, ni San Gregorio, ni temas de taller, ni las pulgas de Gatini porque no tengo plata para llevarlo al doctor.

Dormiría hasta marzo.
Otra vez.
Nunca se acaba el abismo, parece.

Me pesan los ojos y el corazón.

lunes, noviembre 20, 2006

hello kitty

Siempre que estoy esperando el metro, pienso que alguien me va a empujar.
Me acordé ahora.

Siento como si no hubiera escrito en un mes, y eso que no han pasado tantas cosas. Pero igual sí. Me fui a Viña por el día, un miércoles. Terminé con un gatito en el bus de vuelta, sola, claro, porque era de esos viajes para encontrarme conmigo cuando estoy demasiado cansada del Santiago gris que intento odiar pero no puedo, y ahora está en la terraza del departamento haciendo miau todo el día y rascándose porque es chiquitito, tiene pulgas y hasta el treinta no tengo plata para llevarlo al veterinario. Eso. Se llama Gatini. Soy pésima para los nombres y los títulos. Me lo dio un señor en la calle. Es blanco con negro y tiene los ojos medios verdes.

Creo que quiero salir a vacaciones. Como que me duele la cabeza con la universidad, no tengo ganas de seguir viniendo. A ver si me consigo un computador y empiezo a escribir mi libro.

Tengo que arreglar mi trabajo de prensa.
El profesor odia mis temas.
Si no me va bien, me quedo sin práctica.

domingo, noviembre 12, 2006

stars are blind

Último día nadie se enoja.
Mañana, tienda nueva.

Vine a almorzar con mi familia y me vestí de rojo porque hace frío. No sé si tengo mucho que contar. El jueves en el langard me encontré con Pedro que no veía hace meses, desde que una vez se lo llevaron preso. Me habló del Poeta. Tampoco lo veo hace tiempo.

Ando toda nostálgica. Starbucks Parque Arauco me recuerda demasiadas cosas importantes, y me asusta un poco otro comienzo. Está pasando todo rápido, y está bien. Pero eso no implica que no tenga esa sensación de garganta apretada, de algo más que se acaba, de etapas que se cierran y personas que desaparecen y al final quizá es sólo para que aprenda de una vez que nada es para siempre.

Con mi novio, feliz. Descubriendo un mundo que no conocía. Aprendiendo a mirar de frente, tantas veces lo dije y nunca lo había hecho. Caminando de a dos. Plena, creo que es la palabra.

Y, en general, entre sonrisas y magia y canciones. Me vendría bien poder escribir más seguido. Me sacaron la foto para El Mercurio y salí horrible. Mi otra pieza, la de esta casa, sigue del color que la dejé y con las estrellitas brillantes. Tengo una herida en el labio y me arde. De desayuno, me comí un alfajor.

Me encantan los ascensores.
Eso lo descubrí ayer.
Quedan veintidós días para mi cumpleaños.

martes, noviembre 07, 2006

just for one day

Me cambiaron de tienda.
El domingo dejo Starbucks Parque Arauco.

La Pepa me lo dijo hace un rato. Me dio tanta pena, que lloré un poquito. Es que ahí me ha pasado de todo. Amores y desamores y reencuentros y peleas y qué sé yo. Pero bueno. Será para mejor, supongo.

Quién diría que hace un año justo entregué una libretita llena de frases, esperando encontrar respuesta. Quién diría que ha sido tiempo suficiente para amar sin cuestionarme al fin, para entregarme a la vida y sacarme los zapatos y tomar sol con mi novio en la plaza, al lado de ese árbol de Salvador que me encanta. Qué rápido se mueve el mundo a veces.

Tengo como, no sé, como la sensación de que la eternidad existe.
Eso.

miércoles, noviembre 01, 2006

todo lo que fui

Es difícil mantener el blog al día cuando uno no tiene internet.
Quedé en la práctica de El Mercurio, Revista YA.

He pasado un tiempo muy lindo, de volver a ver a personas y caminar otra vez por las calles del centro que tenía medias abandonadas. Anoche fuimos a tomar pisco sour con mi novio. También fui sola al supermercado a comprar comida y casi morí con las bolsas en la micro, pero filo. Una señora y un tipo muy simpático me ayudaron y después otra señora me acompañó hasta la puerta del edificio antes de que el conserje saliera corriendo a dejarme todo en el ascensor. El esfuerzo siempre es recompensado, me dijo el tipo buena onda de la micro. Usaba anteojos. Y hoy, en la calle, me regalaron un póster de Crash. Eso. También me compré una polera a mil pesos en Patronato y una cartera rosada con lentejuelas. Parece que, en vez de leer, completo las palabras por inercia, porque en un letrero en que la liquidación era gigante yo estaba segura que decía licuadora y me pasé mucho rato pensando en para qué la usarían.

Me gusta que haya sol, queda un mes para mi cumpleaños.
Ando toda sonriente con aros distintos.
Gracias a Dios y a las Diosas por la cantidad de favores concedidos.