jueves, octubre 30, 2008

es un soplo la vida

Tengo mucho sueño.
Por suerte mañana es feriado.

El martes en la noche fue mi ceremonia de titulación, después de haber pasado todo el fin de semana y desde el jueves en cama sin comer por culpa de un virus. La ceremonia fue fome, porque el discurso fue fome, pero igual terminar la universidad al fin no deja de ser emocionante, sobre todo porque desde primer año yo pensaba que me iba a salir a mitad de camino. Y no. Lo logré. Soy periodista, con cartón y todo. Nos juntamos en la casa de mi mamá con mis amigas y mis amigos y mi familia y Mati para celebrar. Estuvo muy lindo.

Ayer en la tarde fui a comer una ensalada de frutas con crema al Café el Patio, caminé por Providencia, escuché música vieja y buena y dejé que me mojaran las gotitas de agua de la fuente de Salvador. Lo pasé bien. Me gustó estar sola. En la noche escribí mucho rato, me tomé una copa de vino y comí aceitunas. A veces siento que mi vida no es más que una suma de detalles, y que cada segundo cuenta como un mundo entero.

Tengo ganas de ir a la playa.
Me hace tanta falta un poco de mar.

domingo, octubre 19, 2008

dreaming of you

Éste es mi post trescientos sesenta y cinco.
Obvio que voy a celebrar.

Ha sido un fin de semana increíble. El viernes con Mati cumplimos cuatro meses y me invitó a Wisin y Yandel. Fue un hit. Bailamos todo el rato, blingbling y cintillo brillante incluidos. Después, cuando se acabó, fuimos al casino nuevo de Rancagua y jugamos hasta las cuatro y media de la mañana. Ayer nos levantamos a las tres de la tarde y en la noche tuvimos un matrimonio con todos sus compañeros de pega que son adorables. Pusieron mil canciones viejas, hasta esa de Martín Ricca que canta para Britney Spears y hubo mucho cotillón y sacamos fotitos y lo pasé bacán.

Lejos lo mejor de días como estos es que me doy cuenta de que, por primera vez, tengo un partner. Alguien que se ríe conmigo, que juega, que le da lo mismo lo que piensen los demás y si escuchamos reggaetón o música electrónica o rock pesado. Que me entiende y si no me entiende, trata. Que me acompaña y me invita y quiere que estemos juntos. Que además de mi pololo, es mi amigo de verdad. Con el que puedo conversarlo todo, conocerlo todo, vivirlo todo. Sin juicios ni peros ni preguntas ni porqués ni para qués, que son peores.

Mati es el hombre con el que descubro, todos los días, que se puede ser feliz de a dos.
Ahora estoy en su casa, sin zapatos, frente al ventanal del living.
Y me siento en paz.

jueves, octubre 09, 2008

i'll stay alive

En el diario.
Traje frutillas de La Vega para el almuerzo.

Hace un tiempo, cuando empecé a trabajar en la belleza de la revista, me perdí y casi caigo enferma de frivolidad. Empecé a comprar ropa con plata que no tenía, a encantarme con tonteritas como carteras para los eventos y zapatos de taco que nunca usé, a pasar mis tardes de compras en los malls, a disfrutar más de una manicure de peluquería que de un libro acostada en el pasto, a tomar taxis que pagaba con mi línea de crédito a fin de mes. Empecé a olvidarme de las cosas importantes. Dejé mi vida y mis sueños, mi energía creativa, mis letras, mis ideas.

Pero me salvé.

Hoy, ya no me importa si toda mi ropa nueva la compro en la ropa usada. No necesito sentir que invierto en mi look, porque no necesito tener un look más que para los eventos, que son mi trabajo. No trato de caminar sobre siete centímetros ni sobre diez ni sobre veinte, porque amo mis zapatitos planos y mis zapatillas de cebra. Hoy, ya no finjo. No pretendo. No me interesa llegar a ser alguien en un universo que para mí está tan lleno de nadies.

Me siento en paz.
Segura de que, en el fondo, no nací para ser gris.
El mundo está lleno de colores.

jueves, octubre 02, 2008

don't you forget

Ya van a ser tres años desde que empecé a escribir mi blog.
Mi vida ha cambiado un mundo en todo ese tiempo.

Es que claro, primero vivía con mi mamá y estaba en la universidad y trabajaba en Starbucks y me gustaba Claudio. Después, pasé a vivir con mis amigos en el centro mientras pololeaba con Franco y seguía trabajando. Viví con Franco un año cuatro meses, hice mi práctica y me quedé en la revista Ya mientras hacía una ayudantía en Actividad Cultural del diario, dejé Starbucks entremedio, hice clases de inglés y de tarot y hace poco de periodismo en una universidad privada. Empecé a vivir sola y terminé con Franco y mi vida como estudiante al fin, me dio apendicitis, sigo en la revista y pololeo con Mati hace casi cuatro meses. Todo pasa muy rápido.

Hoy, mirando con distancia, sólo puedo agradecer por este espacio que me ha ayudado a no olvidar. Siento que uno tiende a pensar en tiempos pasados como tiempos mejores, y eso no es verdad. No hay mejor tiempo que el presente. También siento que escribir es mi libertad más grande, la que nadie me puede quitar. Que es cuando escribo que soy yo misma, sin máscaras, sin medias sonrisas, sin rendirle cuentas a nadie. Sin olvidar que mi alma está intacta a pesar de todo, que lo que soy no se destruye, ni se transa, ni se transforma, sino simplemente aprende. Crece.

Estoy tranquila y decidida a aceptar lo que el universo elija para mí.
Ahora voy a comprar unas galletas al kiosco.
Tengo mucha hambre.