martes, febrero 27, 2007

timeless zone

La próxima semana nos vamos a Copiapó con Franco.
Se casa mi primo y seguro que daremos una vuelta por Bahía Inglesa.

Llevo todo el día bostezando y creo que lo que pasa es que no estoy durmiendo bien, qué sé yo por qué si ni siquiera tengo sueños malos, sino que sólo sueños. Echo de menos mi vida, pero tengo la certeza de que ya estará de vuelta. Los ramos de la universidad este semestre son maravillosos porque no me queda casi nada de periodismo y en cambio tomé electivos de arte y literatura.

Quiero comer un chocolatito.
Cuento los días para ver el mar.
Y amo a mi novio guapo.

lunes, febrero 26, 2007

me quedo muda

Vamos que se puede.
Sólo queda un mes.

Y es que aunque tengo que admitir que trabajar con la Pilar, mi editora, es un agrado, y que he aprendido a pasarlo bien a veces frente al computador, y que los almuerzos con la Toña definitivamente alivianan los días, no lo es mío. Y no hay más cuestionamientos.

Creo que mi práctica se ha convertido en una buena experiencia. Claro que pienso que entré a periodismo soñando con dedicarme nada más que a esto y me da como pena, pero filo. Sé lo que quiero, al fin. Nada con oficinas, ni jardines por los que no se puede caminar.

Pedí el fin de semana sin sueldo en Starbucks y me dediqué a descansar, excepto el sábado en la tarde que tuvimos que ir al centro con mi novio a ordenar la pieza para el nuevo inquilino de David. En la noche, la Toña, la Tere y la Fran fueron a conocer el departamento mientras Franco trabajaba y lo pasé increíble. Tomamos alto del carmen con sprite y comimos pringles de queso.

Ayer fue perfecto. Con mi novio nos pasamos el día viendo programas malos de tele, repetimos "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos", jugamos DS, conversamos, y no sé, fue tan rico estar juntos sin una alarma que recordara que hay que correr a ninguna parte. Me hizo muy bien.

Voy a escribir sobre la violencia escolar.
Echo de menos a Franco.
Necesito vacaciones.

miércoles, febrero 21, 2007

no turning back

Me acabo de suscribir a Cosmo en Estados Unidos.
Las tarjetas de crédito son lo máximo.

En un ratito más me viene a buscar la Toña porque vamos a almorzar a su casa otra vez y me encanta porque lo paso increíble con ella y porque las mejores amigas son el mejor invento del mundo. Esto de descubrir las compras por internet me parece malo porque cuando estoy muy aburrida me dan ganas de tenerlo todo y eso solamente por el agrado de apretar un botoncito y no ver cómo el dinero desaparece.

Tengo tema para el diario y mañana entrevisto a un sicólogo así que quizá esta semana esté más ocupada y se pase más rápido, sobre todo porque se viene fin de semana sin sueldo y domingo con mi novio sin compromisos. A diferencia de ayer, hoy me sobra energía y me ando riendo sola y escribo sin alcanzar a pensar en redacción ni frases lindas ni nada de eso. Por suerte. No me gustan los días tristes seguidos, hacen que parezca que la pena no se acaba nunca.

Amo a Franco y quiero que nos casemos y tengamos muchos hijos, pero sin repetir nuestros nombres.
Está nublado pero da lo mismo.
Me puse las botas de la Toña y un chaleco blanco y no tengo nada de frío.

martes, febrero 20, 2007

a sad song

Un poco triste.
Insegura, no sé.
Miedosa.
Como con ese dolor de guata.
Y, quizá, ganas de ponerme a llorar.

lunes, febrero 19, 2007

sunny day

Conseguí reemplazo y me tomé el domingo libre.
Fue bueno dormir sin despertador.

El viernes en la tarde tenía que ir a la villa Arcoiris, en Puente Alto, a ver si encontrábamos a Caroleyn para entrevistarla, pero no quise porque estaba lloviendo y yo tengo esa cábala de no ir cuando está lloviendo a lugares que pueden ser peligrosos. Filo. Ya la entrevistaron en otros diarios así que el tema no va. El destino me evitó una visita innecesaria.

Lo que queda de febrero se viene tranquilo. Fin de semana sin sueldo y ojalá el sábado girl's night porque tengo ganas de ver a mis amigas y tomar mango sour. Además, encontré un blog de Cosmo en internet y me paso todo el día leyéndolo. Ya no se me hace tan largo el horario de oficina.

Quiero estar con mi novio porque parece que nunca pasamos suficiente tiempo juntos.
Estoy bien.
Más enamorada que nunca y soñando hasta el infinito.
Con ganas de comer chocolate blanco.

miércoles, febrero 14, 2007

love day

Me estaba riendo menos.
Y ya no se me achicaban nunca los ojos, ni me encogía de hombros, ni me quedaba soplando dientes de león en el camino.
Algo estaba mal.

Creo que lo que más me hacía falta de mí era esa consciencia de que la vida es lo que es y no lo que queremos que sea. Me hacía falta sonreír con los piropos divertidos, en vez de enojarme. Me hacía falta caminar cantando por la calle con una flor en el pelo. Me hacía falta leer sentada en un sillón, ver capítulos de reality, besar a mi novio más seguido.

Ayer, media hora antes de entrar a Starbucks me di cuenta que no dependo de mi entorno, ni de mis horarios. Recordé que lo que soy no se destruye ni se transa. Que sigo siendo libre.

Porque aunque bostece todo el día y me pase haciendo transbordos de micros, cambiándome de semiformal a partner, inventando diarios por leer en Internet, anhelando una semana de vacaciones y de mar, tengo la certeza de que mi espíritu sigue intacto. Esa certeza que había perdido y que hoy reaparece, más fuerte que nunca.

La mujer salvaje está a salvo.
Es la mejor noticia del mundo.

lunes, febrero 12, 2007

horario de oficina

Quedarse, partir, aprender, estar.
Lo que te haga reír más, me recordó mi prima.

Me pasé el fin de semana pensando que, a fin de cuentas, yo elegí estar acá y que no sé si sea lo mejor salir corriendo apenas pueda, aunque sí sea lo que quiero. Pero, ¿cómo se distinguen los deseos profundos del alma de los caprichos? Todavía me queda la mitad de la práctica. Todavía me faltan siete semanas de setenta horas. Todavía más de un mes para tener más de dos días libres y eso que sin sueldo y como un favor especial de Starbucks.

Pero quizá sea mi aprendizaje. No sé, hasta ahora, qué puedo sacar en limpio del encierro frente al computador, aparte de que definitivamente y sin dudas no es a lo que me quiero dedicar en adelante. Algo más tendré que aprender. Por algo estoy acá. Total, yo elijo mi camino y soy la única responsable.

Sólo espero que se me aliviane el corazón.
Ayer me reí toda la tarde con mi novio y me hizo bien.
El departamento está bellísimo y con cortinas calipso instaladas.

viernes, febrero 09, 2007

el don del exilio

Nunca me habían sacado una muela.
Creí que moría de miedo.

Resulta que el miércoles amanecí con un dolor horrible en el lado derecho de la cara y llamé a mi mamá para que me acompañara al dentista. Dos horas después estaba sentada con anestesia y los guantes del doctor adentro de mi boca. Pasé la tarde en cama con mi novio cuidándome y ayer no trabajé. Me hizo bien dormir un poco.

Después de mi crisis del martes en la noche la decisión está tomada. Si de aquí a fines de febrero no soy feliz con lo que estoy haciendo, me voy. Ya no hay más plazo. Es la fecha límite para mí misma.

A veces, siento que soy chiquitita.
A veces no.
Pero siempre, aunque bien en el fondo, siento que soy.
Y eso es lo importante.

martes, febrero 06, 2007

es mi mamá

Usa zapatillas como yo, y bailamos juntas rock and roll.
Ésa era la parte que más me gustaba de la canción de Topo Gigio.

Mi mamá siempre ha sido la persona que cumple mis caprichos más extravagantes. Cuando era chica, una vez recorrimos Viña entero en invierno porque yo quería una palmera con chocolate. Siempre, a cualquier hora, partíamos a buscar helados, papas fritas o donuts y mi mamá manejaba sin manos con la música del cassette de Juan Luis Guerra de fondo.

Con mi mamá, nunca han faltado vacaciones en la playa comiendo hot dogs en estaciones de servicio, bailando en la puerta de una salsoteca, cantando desde la galería del Festival de Viña. Mi mamá siempre se aprende las canciones que escuchamos con la Chica y nos acompaña a cuanto evento exista aunque sea el compromiso más fome. Cuando pasa algo importante, mi mamá aparece con un ramo de flores, incluso cortadas del jardín. Mi mamá era la única que partía a buscarme a los carretes a las cuatro de la mañana, a las cinco, y a dejar a todos mis amigos por Santiago cuando yo ya estaba en primero de universidad. Y, a veces, carretiábamos juntas en el Cutto's y se subía al escenario conmigo. Y si yo había terminado con un novio y tenía mucha pena, ella tomaba el auto y manejaba a la Dehesa sólo para que la Toña me pudiera consolar.

Mi mamá es la mujer más fuerte y más entregada y más sencilla que conozco. En la vida, hemos tenido diferencias y desencuentros y penas. Pero también hemos tenido los momentos más mágicos, los más divertidos, los que más me han hecho crecer. Y hoy, comprendo que de ella he aprendido a mirar la vida con la consciencia de que hay más personas en el mundo. Que se debe vivir no sólo por uno mismo, sino también por los demás.

Mi mamá es esa mujer que lucha todos los días para que sus hijos y sus nietos tengan una vida mejor. Que es capaz de dejar la vida en defendernos. Que no aguanta una palabra en contra de las personas que ama incondicionalmente y con todo el corazón.

Si pudiera elegir a cualquier mamá en el mundo, la volvería a elegir a ella.
Y es una certeza que hoy tengo más que nunca antes.

lunes, febrero 05, 2007

en medio de la ciudad

Nublado y yo con frío.
Estoy muy cansada.

Anoche vimos "Little Miss Sunshine" y me encantó. No sé por qué ando hace días como con la guata apretada y un poco de pena, supongo que tiene que ver con que no alcanzo a hacer todo lo que quisiera, que es, en definitiva, nada. Porque lo que quiero es dormir un día entero, quedarme en pijama comiendo galletitas y leyendo o jugando Mario o en la piscina con mi novio y mi familia o tomando café con mi hermana que la echo tanto de menos además, o caminando por los parques de Tobalaba con la Mili.

No sé.
Siento que, en cualquier minuto, exploto.

Y eso que estoy feliz con el departamento nuevo y las cortinas calipso que nos regaló el suegro y el mueble para la tele que mandó mi mamá y con el espacio que ahora es sólo nuestro. Pero mi mujer interna reclama que llevo todo el verano sin dedicarle por lo menos una tarde sin compromisos de ningún tipo. Y me aprieta la garganta y me dan ganas de dejar todo a medias y subirme a un bus camino a Viña a mirar el mar.

Un poco de sonrisas, por favor.
Media hora de café cargado.
Y un minuto de silencio.

jueves, febrero 01, 2007

keep shining

Ya era tiempo de salir del negro.
Ahora tengo un blog blanco y con colores y me encanta.

No sé que vamos a hacer con Gatina ahora que nos cambiamos, porque en el contrato decía que no podemos tener animales, así que hablé con mi gerenta para dejarla en el patio de Starbucks a ver si algún cliente la quiere cuidar y darle casa. Igual va a ser bueno que conozca a otros gatitos yo creo. Me da un poco de pena eso sí.

Hay olor a manzanilla con miel, nunca me ha gustado porque es tan dulce y como que marea. Tengo mucho sueño porque estuve embalando hasta las tres de la mañana. Ya quiero que sea de noche para dormir. El día se me ha hecho eterno y eso que recién llevo una hora y media acá.

Voy a llamar a mi mamá a ver si almuerzo con ella porque la echo de menos y voy a ir a buscar un café a ver si dejo de bostezar, que es tan poco elegante y cero acorde con mi lugar de trabajo de vacaciones. Me da risa porque nadie hace muchos gestos y yo en cambio, expresiva hasta decir basta, me veo tan fuera de lugar cantando despacito cada vez que bajo del bus.

Quiero estar con Franco y tener un día libre juntos.
Me hace tanta falta descansar un poco.
Tengo ganas de ir al teleférico.