miércoles, enero 31, 2007

otra vuelta de tuerca

El universo se mueve para hacerme feliz.
Tenemos departamento nuevo.

Ayer firmamos contrato con la dueña y hoy fuimos a buscar las llaves de un ambiente, sexto piso con paredes blancas y alfombra peludita de ésas que siempre había querido. Estoy feliz porque significa un espacio propio en un lugar que me encanta y más cerca de todo. Para mí, vivir en el centro nunca fue muy central. Aunque sigo amando los cafés al lado del Bellas Artes.

Franco entra en marzo a estudiar medicina natural. Han pasado casi siete meses desde ese ocho de julio en que el destino me llevó de vuelta a Starbucks, no dudo que sólo para conocerlo a él y darme cuenta que amar no es más que soñar y construir un camino juntos. Las luchas del camino siempre serán crecimiento. Para los dos.

La magia de sentir que no puedo controlar nada me tiene sonriendo desde que desperté.
Me fascina cuando Dios me toma en brazos y yo cierro los ojos y nos vamos.
Mi mujer interna anda saltando por todas partes. No hay cómo dejarla quieta. Ni para qué.

martes, enero 30, 2007

the days go by

Tengo ganas de ver un reality.
Lo malo es que siempre estoy trabajando a esas horas.

Me sigo despellejando, de polera rosada y pulsera negra con lentejuelas. Ayer con Franco fuimos a hablar con la dueña de un departamentito muy lindo que ojalá arrendemos hoy a la hora de almuerzo. Siempre quise vivir en el centro pero parece que no me gustó, excepto cuando vino la pequeña gigante y la pudimos ir a ver caminando. Fue lindísimo.

Estoy sentada en el computador de la Josefa y me dan ganas de abrir la ventana y tirarme a nadar a la fuente de agua que hay acá al lado. Hace tiempo que no me baño en una piscina. El domingo estuve con mi mamá y mi hermana y mis sobrinos y fue bacán porque los echaba de menos.

Eterna divagante.
Mis ideas del momento, inconexas.
Tengo muchísimo sueño.

lunes, enero 29, 2007

brújula interior

Siempre me estoy escapando de gente que no me persigue.
Quizás soy un poco paranoica.

Me pasa mientras estoy barriendo la vereda en Starbucks y es de noche, o cuando me subo a una micro o al metro lleno (no entiendo dónde van a meter al doble de pasajeros, quizás hagan parrillas arriba de los techos o camas debajo de los vagones) que si alguien me mira fijo es, definitivamente, un asesino en serie que me persigue desde hace tiempo para secuestrarme aunque nunca tengo claros los motivos.

Y a veces me da risa. Cuando alcanzo a imaginar tanto, que se trata de un lector compulsivo que con datos de mi blog ha seguido mis pasos, o de un admirador anónimo obsesionado, o de alguien que me confundió con una persona importante, ligada al narcotráfico o cualquier cosa.

Pero a veces me da miedo. A veces termino agarrando fuerte mi cartera, mirando por la ventana o entrando rápido a esconderme mientras canto Hare Krishna o rezo un Padre Nuestro. Como anoche, que escuché ruidos durante la hora y media que estuve sola en el departamento con el teléfono en la mano y eso que vivo en un piso dieciocho.

Es mi mente.
Mi imaginación ilimitada que desde chica me mezcla los sueños con la vida real y quizá la vida de los sueños sea más real.
Voy a tomar un café.

viernes, enero 26, 2007

tanta explicación

Hay momentos en mi vida en que me he sentido bien.
Ahora no es uno de ellos.

Y es que, definitivamente, aquí no calzo. No entiendo que uno no se pueda sentar en el pasto a mirar el cielo, que las personas apenas se saluden y a veces ni siquiera, o que sea tan difícil ofrecer ayuda, apoyo, cariño, cualquier cosa. No entiendo que se pueda vivir sin vibrar, aunque sea un poquito, sin apasionarse, sin ese motivo de fondo que nos mueve a hacer lo que estamos haciendo.

En la mañana, mientras caminaba desde el metro hacia el bus de El Mercurio, encontré un letrerito que decía que hay que armarse de valor y humildad para defender que la vida existe para disfrutarla.

Sé que es mi nueva tarea.
A ver si lo logro.

jueves, enero 25, 2007

finding neverland

Soy un mapita bicolor.
Ayer me empecé a despellejar.

Me acabo de dar cuenta de que no puedo tratar a las personas de usted. Hablo con las ministras y las alcadesas y las actrices y a todas las tuteo. Cuando era chica, tenía una nana que reclamaba por eso. Ni su marido la trataba de tú, y yo sí. Como que me cuesta hacer diferencias. Para mí, las personas son personas y somos todos iguales. El respeto va más allá de una palabra.

Ayer lo pasé bien en Starbucks porque soy coach de un niño nuevo y me encanta enseñar. Pero hoy no tenía ganas de venir al Mercurio. Hoy quería quedarme en la casa, con mi novio, ver alguna película y no tener sueño. Anoche me preparó una comida riquísima. Y yo lo echo tanto de menos todo este tiempo de trabajar 70 horas semanales. Quiero que sea abril. Ahora.

Mientras veníamos caminando a la revista, la Maida me dijo que yo vivo en un mundo Bilz y Pap, como si estuviera siempre flotando y que quizá debería crecer. Y me pregunto si crecer será, verdaderamente, cerrar un poquito los ojos, con la boca en línea recta y una agenda bien al día. Y no lo creo. Quizás crecer sea, solamente, ser capaz de mirarlo todo y seguir creyendo.

No sé si soy grande.
Sí sé que soy sincera.
Con eso me basta.

miércoles, enero 24, 2007

in the world

La Josefa me trajo una cremita de hierbas mexicanas para la piel.
Ayer fui al doctor y me dijo que estaba deshidratada.

Hoy perdí el bus de El Mercurio y tuve que tomar la 329, cuando llegué acá me enteré que fue el mismo número de la que quemaron a las cinco y media de la mañana. Algo que quizá no había alcanzado a imaginar, porque en mi cabeza los tipos siempre se subían con pistolas y disparaban, o secuestraban la micro, pasajeros incluidos. Pero no. No murió nadie. A mí tampoco me gusta el Transantiago, aunque no sé si es para tanto.

No he tomado desayuno, sí un litro de agua, y tengo hambre. Quiero uno de esos panes con queso del casino. Y quiero dormir, claro que anoche igual tuve como diez horas de sueño. Acabo de visitar los blogs de las entrevistadas y fue emocionante saber que la gente leyó y pasó a saludar. Es raro. Es como si, de repente, comprendiera la magnitud de las palabras. O sea, claro, para mí siempre han sido inmensas. Pero, esta vez, miro para los demás. El poder de publicar es muy grande y más vale que lo empecemos a encauzar bien.

Por ahora, me echo un poquito más de crema mágica.
Espero que me respondan los flashback y voy por el segundo litro de agua.
Extraño a mi novio.

martes, enero 23, 2007

stayin' alive

Como pancoras.
Eso nos dijo a Franco y a mí una viejita que estaba haciendo una colecta el domingo en el terminal y yo no sabía lo que era una pancora, pero siempre supe que eran rojas.
Ahí lo reafirmé.

Resulta que nos fuimos a Viña el fin de semana y estuvo topísimo. Nos quedamos en un hostal muy lindo cerca de la Avenida Perú, paseamos por la feria del libro, almorzamos en el Tip y Tap después de dejar todo un plato recién servido en el Cuernavaca porque no le quisieron cambiar la cerveza tibia a mi novio y fuimos al casino. Franco ganó, yo perdí. Así que después celebramos en un pub. Lo pasamos increíble.

El tema fue la playa. Porque claro, no hacía tanto calor y el viento y blablabla... resulta que ayer no pude levantarme para trabajar. Franco tenía libre, así que nos pasamos echando aloe vera y a las cuatro de la mañana una farmacia llegó a tocarnos el timbre con Solarcaine. Igual no se nos ha pasado.

Hoy, muriendo de frío, roja y con dolor de guata en El Mercurio.
Salió el reportaje de los blogs en la Ya.
Echo de menos a mi novio.

viernes, enero 19, 2007

no estoy aquí

Hoy, mi mente divaga.
Cualquier cosa menos días oscuros.

Lo más loco de toda esta experiencia de oficina ha sido que, de repente, me sentí tan grande porque los zapatos sonaban como los de mi mamá cuando yo era chica. Y no sé. Quizás soy grande ahora también.

No me gusta cuando Franco está triste. No me gusta la impotencia de no poder ayudarlo porque en el fondo cada uno tiene sus procesos a su tiempo y yo sólo puedo quedarme a su lado y abrazarlo y decirle que lo amo hasta el infinito infinitas veces.

Mañana, Viña.
Al fin libre después de tres semanas de trabajo continuado.
Quiero dormir sin despertador.

jueves, enero 18, 2007

la vida que me alcanza

En once minutos más salgo a esperar micro.
Tengo una charla de medicina natural.

Acabo de terminar mi primer reportaje, en conjunto con la Sylvia que es un amor y también está haciendo la práctica. Definitivamente, me gusta cuando el trabajo está listo. Me gusta mi nombre abajo del título y haber formado parte de todo el proceso. Pero no sé si me gusta tanto el camino que hay que seguir para llegar al final. Me quedan dos meses y medio para descubrirlo.

Mi tata estuvo en la clínica dos días por exámenes y mi mamá ultra asustada. Me dio mucha pena, porque a veces no sé cómo acompañar a las personas, en especial cuando son temas que quizás para mí son menos fuertes porque mi guata me dice que me quede en paz y yo sólo le obedezco.

Estoy contenta. Tranquila. Como si hubiera superado una crisis que nunca supe cuál fue, pero que seguro significó una oportunidad de crecimiento.

miércoles, enero 17, 2007

mágico delirio

Hoy, leyendo el blog de Sombra, me acordé de un par de cosas.
No siempre he sido como soy.

De hecho, hasta antes de conocer a Franco yo nunca quise algo serio. O sea, claro, decía que sí, pero cuando llegaba alguien y aparecía la posibilidad de amar, salía corriendo. Creo que un par de veces no lo hice. Pero entonces quienes salieron corriendo fueron ellos y, para que haya una pareja, todo debe ser mutuo. No tener miedo y sí tener amor, paciencia, capacidad de entregarse y soñar y construir el mundo juntos.

Yo era de aventuras. Ahora me doy cuenta, obvio. En su momento, hubiera jurado de guata que todo era sincero cuando en realidad buscaba la emoción, el juego. Ese típico gallo que se las da de guapo inalcanzable y que en realidad no es capaz de asumir un compromiso. Pero es difícil, cuando una no se quiere tanto, darse cuenta que la otra persona tampoco la quiere. Más que difícil, casi imposible. Para mí, por lo menos, fue un proceso.

Fueron muchos capítulos de libros, tiradas de tarot y un taller de mujeres donde hicimos pan amasado. Fue cantar fuerte en la calle hasta que se me acabó la vergüenza. Fue llorar en las micros y en los paraderos y mientras escribía mi blog. Fue caerme tan, tan fuerte, y tantas veces, que llegué a pensar que nunca más me levantaría. Fue tener miedo y sentirme sola, infinitamente sola.

Fue descubrir que Franco es más que un montón de adrenalina. Que es mañanas y noches, almuerzos, peleas, resfríos, cumpleaños, sorpresas y costumbres.

Y ahora cierro los ojos y lo veo.
Y lo amo.
Y me encanta ser tan feliz, tan completa, tan mujer.

martes, enero 16, 2007

perder la compostura

Media taza llena de espresso.
Escucho Miranda.
Hoy publicaron por primera vez mi nombre en la revista Ya.

Poti, el hamster de la Maida, está enfermo y resulta que los veterinarios no ven hamsters, qué sé yo por qué para ellos la vida de un roedor pequeñito vale tanto menos que la de cualquier otro animal con cuatro patas grandes. Si muere será pura negligencia médica.

Anoche, cumpleaños de la Coté. Me encantó pasarlo bien con mi novio y creo que nos hace falta más tiempo sin obligaciones urgentes. Porque yo, con setenta y cinco horas de trabajo semanales, no alcanzo ni a dormir. Quiero que se acabe el verano y tener vida otra vez, aunque en este momento exacto esté disfrutando mi práctica frente al computador.

No me gusta el día oscuro.
Prefiero derretirme almorzando al sol, que morir de frío en verano.
Voy a convertirme en soldadita de la Revolución de la Cuchara.

lunes, enero 15, 2007

just upon a smile

Lunes otra vez.
Me siento como Garfield.

Muero de sueño frente al computador y no puedo esperar a que sea sábado para irnos a la playa con Franco en el fin de semana que pedí sin sueldo. Días libres, al fin. No tengo uno desde el año nuevo.

La conversación de la madrugada del domingo me hizo bien. Y releer los últimos dos capítulos de "Mujeres que corren con los lobos", también. Es que claro, empiezo a no tener tiempo y me pierdo. Se me olvida que no sólo me gusta, sino que necesito el espacio para respirar y estar sola conmigo. Para regresar al hogar, recordar quién soy y qué estoy haciendo acá.

Mi novio, también, es mi maestro y mi amigo.
Es el hombre que más admiro y el único que amo.
Hoy, rosada y bostezando.

martes, enero 09, 2007

a whole new world

Éste es mi post número 200.

Cuando empecé a escribir, nunca había visto un blog. Me acuerdo. Y fui al cine ese día, aunque no tengo idea qué película. Fue hace un año y medio. Acá, con fondo negro y letras blancas, ha quedado registro de los cambios más importantes en mi vida. Alguna vez que no exagere. Mi mujer interna y yo sabemos que es cierto hasta los huesos.

No podría dejar este espacio. Claro, paso por etapas de abandono y negación, a veces incluso se me olvida que escribo porque es mi forma de respirar, de dejar de sentirme ahogada cuando el mundo me pesa tanto, de encontrarle un sentido a los detalles de todos los días, de recordar la verdad en los momentos en que la memoria me quiere engañar para que crea que todo tiempo pasado fue mejor, aunque sé que ésa es la mentira más grande. En tiempos pasados, hubo de todo y ahora también y mañana no me cabe duda.

Me gusta que me lean. Me gusta que me comenten, que con algunos nos hayamos hecho amigos tomando café o hablando por Messenger. Me gusta haber llegado a las cuatro mil visitas con que soñaba desde que empecé a postear y leía el blog de Ana María, a su vez, mi primera fiel lectora. Me gustan las letras como me han gustado siempre.

Cuando era chica nunca tuve muchas amigas. Quizá si no hubiera pasado tantos recreos en la biblioteca del colegio, nunca hubiera descubierto cuánto me apasiona la fantasía. Porque, a fin de cuentas y hoy sentada en el diario El Mercurio con tarjeta de crédito en la billetera y un novio que es casi marido, sé, sin dudas, que lo que me mueve y por lo que me levanto todos los días es porque creo que hay algo más. Que no somos, solamente, un montón de papeles vacíos.

Somos historias de magia, de dolor, de risa.
Pero, sobre todo, somos historias que viven y existen.
Somos la fantasía.

lunes, enero 08, 2007

flores amarillas

Me acabo de comer una ciruela y estaba dulce.
Hoy se cumplen seis meses desde que conocí a Franco.

Me acuerdo que la primera vez que hablamos yo le dije muerta de la risa que lo amaba. Y era verdad.

Creo que no es fácil dejar entrar a alguien en la vida. Para mí, no fue fácil comprender que ya no era una, que ya no estaba sola, que, de repente, existía un nosotros que iba más allá de un ratito o de la emoción máxima eterna del principio.

Pero existe y ahora lo sé. Hay un camino adelante y a veces será tomarnos la mano y a veces correr en distintas direcciones, y a veces nos amaremos y nos odiaremos y quizá, sólo quizá, descubriremos que el cielo es lo que existe cuando estamos juntos y abrazados con los ojos tan abiertos y dormidos.

Amor, mi amor.
Toda la vida no alcanza a ser suficiente tiempo.
Yo me quedo contigo.

jueves, enero 04, 2007

princesas de cristal

Sentada acá de nuevo.
Hoy, con polerón y un café de vainilla.

Estoy en shock después de haber leído muchísimas páginas web pro Mía y Ana. Bulimia y anorexia, en sus nombres tradicionales. Niñitas de quince años que se están matando todos los días y se ayudan a eso con consejos para vomitar mejor y más veces y para que se acabe el hambre y con un credo que termina en amén y que dice que creen en el infierno porque sienten que viven ahí todos los días.

Cuando yo estaba en el colegio, una de mis mejores amigas tuvo anorexia. Más allá de todo lo que significó a nivel físico, también quiso decir que la perdimos durante mucho tiempo. Ahora está mejor, claro. Y más linda. Porque el cuerpo perfecto no es el de las modelos que aparecen en la tele. El cuerpo perfecto es el de cada una, es la magia de las diferencias, de lo único, de lo propio. Cada cuerpo es perfecto en sí mismo porque, a pesar de los intentos, es imposible de igualar. Viene con marcas, con formas, con pliegues. Viene llamado a cumplir la función de transportar nuestra alma. Y si cada cuerpo tiene sus limitaciones, tiene también sus ventajas. Y si somos como somos y no como la sociedad nos quiere imponer, quizá descubramos al fin que la fuerza de todos los cuerpos juntos es más fuerte.

Tengo un poco de angustia.
¿Quién quiere cambiar el mundo conmigo?

miércoles, enero 03, 2007

the only way

Y empecé la práctica.
Computador y teléfono todo el día.

Ahora estoy comiendo un chocolate con avellanas que me regaló anoche mi novio junto con unos canapés bacanes que preparó para celebrar el comienzo de mi vida de estudiante casi profesional.

No sé si me gusta, todavía. Sé que me gusta el lugar, claro, y que la gente es simpática y que es topísimo tener credencial con foto y almuerzo todos los días, pero no tengo claro si quiero dedicarme a esto para siempre. No sé si soy amiga del aire acondicionado y de las sillas que dan vueltas, aunque es algo con lo que me encanta jugar cuando hay poca gente mirando. No sé si adoro hablar por teléfono con personas que no conozco para conseguir entrevistas y frases y fotos. No sé.

Creo que estos tres meses determinarán lo que haga con mi futuro.
Si no me acostumbro, no pienso ser periodista.
Y eso es definitivo.

lunes, enero 01, 2007

happy new year

Este año, mi diosa es Lilith.
Encontrarme con mi sombra.

Anoche mi primer abrazo fue para Franco, nunca había empezado enero con ningún novio y menos con fecha para casarnos en veintidós meses y diez días más. Creo que ya pasé todos los primeros cambios grandes. Creo que ahora viene establecerme, crecer, cimentar mi espacio en el mundo.

Empecé el año con las uñas fucsia y polera blanca, en el pasto de la casa de mi tata. Empecé el año con un poco de miedo pero igual certezas. No sé si estoy más o menos rodeada de gente, pero sé que estoy menos sola. Y aunque a veces siento que me perdí y que quizá no me encuentre más, al final siempre aparezco sentada frente al mar.

Quiero dejar escrito que la felicidad es un momento eterno.
Bienvenido 2007.