sábado, diciembre 29, 2007

big girl

Hoy me pasó algo muy loco.
De hecho fueron dos algos.

Primero, apenas me bajé de la micro en Escuela Militar, vi a una señora muy muy gorda, vestida entera de negro, haciendo pipí en cuclillas en la mitad de la vereda y gritando como poseída. Segundo, ya adentro del diario y mientras caminaba hacia el edificio, una chica pasó al lado mío, me dijo hola disculpa y me entregó un papelito: era una oferta de tumbas en un cementerio de La Florida. Yo sé que a veces ando obsesionada con la muerte, pero no es el caso. De verdad.

Filo. Es mi último día de actividad cultural y me emociona pensar que después de mucho tiempo (¿cinco años? ¿puede ser?, claro que con algunas intermitencias), volveré a tener fines de semana para hacer lo que quiera, dormir hasta tarde sin despertador, ver muchas películas y leer muchos libros. La gente que nunca ha trabajado los sábados y domingos no sabe lo maravilloso que es que esos dos días existan para descansar.

Quién diría que ya va a ser un año desde que entré a la práctica y que me quedé hasta el final.
Estoy feliz porque he aprendido a comprometerme.
Espero que no se me olvide nunca.

miércoles, diciembre 26, 2007

good times

A veces pienso que no debería tomar tanto café.
Me paso las horas con el corazón corriendo.

La navidad estuvo linda. Con mis sobrinos buscamos al Viejo Pascuero y encontramos un ovni y le sacamos fotos. Además, mi novio me regaló Garden State y mi hermana un libro que escribió ella con la historia de nosotras y me hizo llorar un poquito.

Hoy ya de vuelta en el diario, con ganas de salir de vacaciones porque quiero tener mucho tiempo para dedicarme a estudiar numerología tántrica y aprender todo lo que pueda. La semana pasada tuvimos la última clase de tarot en la playa y me sirvió para descubrir cuánto me gusta enseñar. Para seguir ese camino me estoy preparando ahora.

Se viene el balance del año.
Hubo de todo, aunque igual quiero que termine.
Siento que el 2008 llega ultra promisorio.

sábado, diciembre 22, 2007

singing for life

Hay lugares que han marcado mi vida.
El Cutto's es uno de los más importantes.

La primera vez que fui no pasé la puerta de entrada. La fila era eterna y ya no cabía nadie más. Filo. Se nos ocurrió ir de nuevo un par de meses después y, de ahí en adelante, me hice adicta. Es que en ese tiempo yo estaba en el colegio todavía, era muy muy tímida y todo me daba miedo. Ni hablar de un escenario. Entonces llegar a este karaoke donde todo daba lo mismo porque todos cantaban y hacían show, fue maravilloso.

Con Pi, mi mejor amigo, íbamos tanto y tan seguido (cinco veces a la semana si estábamos de vacaciones), que nos dieron free pass de por vida. Después trabajamos ahí un tiempo, cobrando entradas, inscribiendo listas de canciones, preparando piscolas y lavando vasos. En el Cutto's conocí a Nico Ferrari, me enamoré perdidamente en más de una oportunidad, dediqué canciones (y me dedicaron un par), llevé a Claudio el mismo día en que nos juntamos por primera vez en su casa, lloré desolada encerrada en el baño y abandoné todo rastro de timidez. Canté hasta cansarme, hasta que no me quedaba voz.

Durante un par de años, el Cutto's fue mi otra casa. Ahora hace tiempo que no voy, porque Bellavista me queda un poco más lejos y porque, no sé, porque ha sido una etapa loquísima supongo y son demasiados fantasmas cada vez que escucho las mismas canciones que alguna vez tuvieron tanto sentido. Pero agradezco infinitamente las experiencias. Agradezco a la Paty y a la Danni que me recibieron como parte de su familia. A toda la gente que me vio crecer en ese escenario en que al principio no me atrevía a subir y después no me quería bajar.

Sin el Cutto's yo no hubiera descubierto que puedo enfrentar las miradas.
No hubiera aprendido que las canciones hablan solas.
No hubiera dado el primer paso que me llevó a confiar en mí.

sábado, diciembre 15, 2007

thankful heart

Casi fin de año.
Al fin.

Ha sido un dos mil siete de montaña rusa. Ahora estoy mejor, claro, porque he vuelto a encontrar esa parte de mí que estaba perdida en la profundidad del abismo. Yo lo elegí, lo sé. Yo elegí enfrentarme con lo oscuro, con ese lado de mí que no me gusta, que me apaga, que hace que todo me dé miedo y ganas de llorar.

Pero estuvo bien.

Hoy tengo la mirada clara y los ojos limpios y el corazón tranquilo. Tengo ganas de aprender, de crecer, de caminar y descubrir cómo es el mundo de verdad, desde la verdad. Sé que la ruta es compleja. De repente me acuerdo de Claudio y de la Siri, y se me ocurre que sólo vivo porque ellos aparecieron en mi historia. Si no, podría haberme quedado para siempre en la comodidad de no querer saber, de no cuestionar, de no avanzar.

Dormir es muy fácil. Lo difícil es despertar.
Y en eso estamos.
De a pasitos pequeños, pero firmes.
Agradecida hasta el infinito de mis dos maestros más grandes.

martes, diciembre 11, 2007

magic day

Acabo de pasar una semana con peste cristal.
Fueron unas vacaciones que no pedí, pero agradezco.

Lo que pasa es que cuando chica nunca me dio ninguna de esas típicas enfermedades infantiles, entonces ahora todos se rieron de mí porque andaba pintadita y sintiéndome mal en mi cumpleaños. Filo. Me vino bien el descanso.

Ahora que se acerca la navidad y en todas partes se escuchan canciones como jingle bells, me acuerdo que yo creí en el Viejito Pascuero hasta que tuve diez años, que explicaba con lujo de detalles cómo de la nada aparecían los regalos en el living de la casa de mi tata y que una vez con mi prima escuchamos a los renos avanzando por el cielo.

La navidad hace que resalte la magia en el mundo.
Es lo que más me gusta de esta época.