lunes, septiembre 29, 2008

afraid

Desinspirada.
No sé dónde se quedaron mis ideas.

Ahora estoy en la revista, tratando de escribir la belleza de la próxima semana, y pensando en que afuera el día está tan lindo y en que me gustaría estar sentada frente al mar con los pies en la arena. Creo que voy a dedicar mi tarde a leer. O a dormir, no sé todavía. Tengo tanto sueño todo el tiempo que a veces me cuestiono cómo es posible que me mantenga de pie o sentada, cuando lo único que quiero es quedarme acostada y abrazar a Mati mil horas.

Anoche fuimos a ver La Niebla y me gustó, aunque insisto en ver películas de terror de noche y después tengo pesadillas. Igual no me dio miedo, sólo angustia, y en esa sensación soy experta. Se me cierra la garganta, me muerdo los dedos, me cuesta respirar. Es lo peor. De repente me pasa también cuando tengo que ir a los baños del cine sola. Siempre pienso que alguien va a estar esperando a que aparezca para matarme. No sé por qué siempre pienso que la gente me quiere matar.

Hice una lista de canciones muy viejas y las escuché mucho rato.
Ando llena de pasado, pero sin una gota de nostalgia.
Necesito un chocolate caliente.

lunes, septiembre 15, 2008

all that i want

Pienso tanto que a veces creo que me voy a volver loca.
De verdad.

Es que me paso preguntando si existo, si existimos todos y no somos más que un montón de ilusiones. El sinsentido del sentido de la vida me colapsa un poco y de tanto cuestionarme no puedo dormir. Pero bueno. Trato de acostumbrarme a la idea de que el mundo es incomprensible y nada más. Me como un chocolate, o un alfajor, y compro carne de soya para este dieciocho que se viene, espero el bus del diario, vengo, escribo, y ya. No sé quiénes somos ni hacia dónde vamos, cuál es mi meta, mi misión, mi objetivo, qué es ser. Ocupar un espacio, un momento. ¿Existe algo de verdad? ¿O es sólo lo que pensamos que estamos viviendo? ¿Será que cada uno crea su propia historia, su propio destino, al punto de que nada está escrito de antemano y todo es posible? Siento que me hace falta creer en algo, creer de todo corazón, como antes, en un sentido y un motivo, en un ser superior que guía mis pasos hacia algún lugar en el infinito.

Mi cabeza da tantas vueltas y yo sólo quiero descansar.
Tengo un poco de frío por el aire acondicionado.
No sé con quién dejar al Conde el fin de semana.

lunes, septiembre 08, 2008

vivir un siglo

Me encanta escuchar canciones viejas.
Estoy tomando agüita de manzanilla.

No sé por qué me ha costado tanto volver a escribir. Volver a enfrentarme a la pantalla en blanco, a las letras del teclado, a mi cuaderno. Volver a sentarme en silencio con alguna canción mala de fondo y un chocolate y todo el tiempo del mundo. Escribir implica, para mí, muchas cosas. Un espacio de calma, de expresión de rabia y de pena y de todo. Implica que me escucho y me dejo en testimonio. En palabras. Escribir es obligarme a no olvidar, a no inventarme castillos en el aire porque la idea de que todo tiempo pasado fue mejor es absurda y más todavía con tantas frases de testigos presenciales.

Quizá lo que pasa es que a veces vuelvo a sentir que el mundo me arrastra y me lleva, y que yo no estoy haciendo nada por detenerlo y que tal vez sea tarde muy luego y ya nunca me pueda bajar. Vivo rodeada de tanto y de tan poco, de desayunos donde el tema central son las cremas y cómo usarlas y cuándo y yo miro mi vida y no puedo creer que esté donde estoy. Si alguien me hubiera preguntado alguna vez, si me preguntan todavía, a qué sería lo más improbable que me dedicara, respondería que a hacer vida social. Claro, mi trabajo tiene otros beneficios. Mucho tiempo libre y pocas responsabilidades. Pero no tiene pasión. Ni vida. Ni sueños. Ella, la que se alisa el pelo y se pinta los labios, la que sonríe para las fotos, la que se compra ropa y se hace manicures, no soy yo. Ahora está bien, es cierto. Sólo me cuestiono de repente, pero no soy malagradecida y siento que el universo supo regalarme a la vez todo lo que le pedí.

Mi trabajo es también mi libertad.
Es sólo que me falta algo.
Y no sé dónde encontrarlo.