En la mañana caminé hasta el metro con un libro de economía en mi cabeza.
Sigue lloviendo. Pensé que ya estábamos cerca del verano. Y no es que me moleste la lluvia, al revés, me encanta y me dan ganas de tomar helado de chocolate, pero independiente de eso, hoy no debiera llover. No estoy envuelta en frazadas abrazando a alguien, viendo películas malas en el cable. No alcanzo a llorar escuchando canciones viejas ni a escribir en mi cuaderno antes de irme a trabajar. No quiero estar vestida con chaleco de lana.
Hoy no es día de lluvia.
Pero llueve.
Y tengo pena.
miércoles, noviembre 23, 2005
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2 comentarios:
Hoy te ví en la cafeta cuando me dirigía a estudiar. Te ví tan concentrada que no te saludé por miedo a desconcentrarte. Por supuesto, iba con mi libro de economía bajo el brazo.
Un saludo,
Alexis
Y es que hay que demandar al tipo del tiempo, porque yo tampoco pude disfrutar del hermoso día de lluvia... Ni beber café hasta caer en coma... Ni mirar desde mi cama cómo la lluvia se deslizaba por la ventana... No... Yo estaba en la U, estudiando para Lenguaje Visual... Y cuando salí, ya había sol...
Un beso
Cony
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