No me hablen. No me miren. No me toquen.
Hoy, todo me altera un poco más que siempre. Tengo un poco de sueño, un poco de pena y muchas ganas de comer chocolate. Mis hormonas, obvio. Pero además estoy cansada. Quiero partir a Viña a ver el mar, aunque sea un ratito.
Una semana de clases. Seis notas, cuatro ramos. Treinta y nueve días de Starbucks y catorce para mis veintiuno.
Mañosa.
(Puchero).
Voy a tomar sopa de pollo.
lunes, noviembre 21, 2005
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