En el diario.
Hoy me puse mi polera azul nueva.
Anoche, cuando llegué del evento en Buenos Aires y acababa de pasar mi maleta por esas cintas de aeropuerto que ven todo, una señora me preguntó de la nada: ¿usted qué lleva en dos envases de vidrio?. Obviamente yo pensé que eran perfumes. Pero no. Eran los frasquitos de manjar y miel que me había traído de recuerdo. Y me denunciaron, me citaron, me hicieron firmar una declaración y pagar una multa. Como toda una delincuente. Igual fueron simpáticos, y aunque anoche lloré porque era el frasco de miel más caro de mi vida, hoy mi tata me pagó de vuelta para que se me acabara la angustia. Ahora que lo pienso, es divertido. Ayer mientras pasaba, era horrible.
El viaje me sirvió para darme cuenta de todo lo que me gusta Mati, para borrar varios prejuicios y para descansar. Estuve en un hotel ultra lindo, me vestí Magnifique, conocí un montón de gente y comí mucha comida vegetariana. Ahora voy a ver a mi hermano y mi cuñada y mis sobrinos después de casi siete meses.
Estoy contenta, con risa, y segura de que se viene algo bueno.
Después de Arica, el infinito.
Gracias al universo por todo.
jueves, julio 31, 2008
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2 comentarios:
qué paz leerla amiga...
oye, buen dato eso de las coas envidriadas
no tenía idea que sacaban multas!!
jamás he salido del país!!
besos, cuídate mucho
oye, se viene el 18, quizás hagamos empanadas veganas o vegetarianas, con pino de carne de soya
besos
Me gusto la ultima frase...
Gracias al Universo por todos.
Quede pensando
Besotes
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