En la mañana, mientras volvíamos de clases con la Mili, se subió un cantante a la micro.
Casi lloro porque cantaba muy lindo.
Ayer me tocó trabajar hasta muy muy tarde, como si hubiera tenido cierre en Starbucks. Igual lo pasé bien, pero ahora tengo mucho mucho sueño. Empezamos las clases de tarot el lunes pasado y creo que podría dedicarme a enseñar el MadrePaz toda la vida. Es lo que más me gusta hacer.
A veces no sé hasta cuándo voy a poder mantener el ritmo equilibrado que sigue mi vida ahora. Dicen que la sabiduría es justamente eso: encontrar y quedarse en la templanza, no sobresaltarse, que nada sea ni tan malo ni tan bueno como para hacernos llorar ni reír para siempre. Pero yo no soy sabia. Yo soy una mujer que siente profundamente, que vibra, que sube y baja del paraiso al abismo sin puntos medios. Por eso me pasa que el equilibro es, casi, mi enemigo. Me empieza a angustiar la falta de sueños. Amo mi vida, y no quiero que se convierta jamás en un montón de amaneceres sin sentido.
Ya, llegué hasta aquí, ¿y ahora qué?
¿A dónde queda el infinito?
viernes, octubre 12, 2007
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4 comentarios:
UUUFF...
Y YO QUE SÓLO BUSCO AQUELLA TEMPLANZA EN LA VIDA...
ESTOY MUY CANSADO DE TANTA AMBIGUEDAD Y CAMBIO...
QUIERO POR LO MENOS DOS AÑOS DE ESTABILIDAD...
UN BESO Y SALUDOS.
si supiera donde queda el infinito yo creo que te lo diria, te lo anotaría aquí en el blog...
pero no se, besitos
Yo soy el contrario, amo la estabilidad, tranquilidad y templanza...
El infinito??? No se donde queda, creo que tienes que seguir buscandolo. Quizas este mas cerca de lo que crees.. Quizas muy muy lejos....
Besitos por miles
linda
gracias por tus fuerzas
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